top of page

Mandamos la carta con ilusión. Recibimos una respuesta fría



El pasado 12 de mayo, desde nuestra organización, enviamos un derecho de petición al Fondo Mujer Libre y Productiva, con toda la esperanza de que fuera escuchada una causa que nos atraviesa desde hace muchos años: la inclusión prioritaria de mujeres sobrevivientes de la explotación—esas que han sido usadas, descartadas y luego olvidadas por el propio Estado que debió protegerlas.


Lo que pedimos no es un favor


Pedimos tres cosas muy sencillas, pero fundamentales:


  1. Que las mujeres que han pasado por la prostitución, la trata, la explotación digital o la migración forzada sean reconocidas como población prioritaria.

  2. Que se eliminen las barreras que les impiden acceder a los programas del Estado: certificados que no tienen, requisitos digitales que no pueden cumplir, y ausencia total de apoyos para los cuidados y la salud mental.

  3. Que Empodérame sea reconocida como una aliada en territorio, porque llevamos años en las calles, en los barrios, acompañando procesos de salida y autonomía, cuando nadie más lo hace.


¿Qué nos respondieron?


Una carta muy bonita, con palabras amables.


“Agradecemos y admiramos la valiosa labor que realizan...”“Los recursos se asignan mediante convocatorias públicas...”“Síganos en redes sociales para enterarse de futuras oportunidades...”


En resumen: nos dijeron que no. Pero con flores.


No van a cambiar los criterios, no van a crear una ruta diferencial, no van a incluir a las mujeres más excluidas como prioridad. No van a reconocer el trabajo de quienes hemos construido con las uñas rutas de salida para cientos de mujeres.


Sentimos tristeza. Sentimos decepción. Sentimos una profunda frustración. Porque detrás de esa petición hay historias.

Historias de niñas que fueron explotadas desde los 13 años.

Mujeres que cruzaron la frontera con un hijo en brazos y terminaron en prostíbulos.

Otras que vivieron 15 años en la industria de la webcam sin saber cómo salir.

Y que ahora, cuando logran decir “yo no quiero volver ahí”, el Estado les responde con un formulario digital, una convocatoria abierta, una plataforma en línea que ni siquiera pueden entender.


¿Qué vamos a hacer?


No vamos a quedarnos calladas porque esta causa de vida nos impulsa a seguir adelante y no soltarla jamás. Insistiremos en cada espacio posible, desde una audiencia ante la Vicepresidencia hasta foros internacionales como Naciones Unidas, pasando por mesas de mujeres y medios comunitarios, donde nuestras voces serán eco de las realidades invisibilizadas.


Continuaremos construyendo autonomía en los barrios, con o sin apoyo estatal, porque sabemos que la prostitución no es trabajo sino violencia, y sin una política pública que permita salir de ella, la equidad seguirá siendo una promesa vacía.


A todas las que nos leen...


Esta carta sin respuesta digna es la evidencia de por qué debemos seguir luchando. Porque si el Estado no cambia por conciencia, tendrá que cambiar por presión social, política y jurídica. No estamos solas. No hemos perdido.


Este no es el fin. Es solo una página más en una historia que no hemos terminado de escribir.


Claudia Yurley Quintero

Directora – Fundación Empodérame




 
 
 

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating

©2025 por Fundación Empodérame. 

bottom of page