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La infancia no es un experimento digital: hablemos de la Ley KOSA

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-“YouTube me hizo darme cuenta de que no me gustaba mi propio cuerpo tanto como antes.”

-“Vi uno o dos videos y se apoderaron de mi algoritmo con videos realmente deprimentes y de ansiedad.”

-“Las cosas que surgieron no eran para un niño.”



Estas frases las dicen niñas, niños y adolescentes que usan redes sociales a diario. Ellos perciben el daño, pero les cuesta apartarse. No se trata de falta de voluntad: la adicción digital es el resultado de un diseño deliberado. Las plataformas están hechas para retener la atención, despertar ansiedad y mantener a las personas conectadas el mayor tiempo posible, sin importar las consecuencias psicológicas o sociales.


En la Fundación Empodérame hemos acompañado a niños, niñas y adolescentes, sobrevivientes de distintas violencias y observamos cómo el entorno digital puede profundizar heridas previas. La manipulación emocional a través del contenido, la exposición constante y la comparación social afectan la autoestima, el sueño y el desarrollo emocional. No se trata de uso “irresponsable”, sino de una arquitectura tecnológica diseñada para generar dependencia.


Las empresas tecnológicas han hecho de la atención infantil un negocio rentable. Cada clic es una oportunidad de lucro. Y lo preocupante es que, a nivel internacional, existen vacíos legales que las protegen de cualquier responsabilidad. En Estados Unidos, la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones concede a estas compañías inmunidad frente a los daños que sus plataformas provocan. Esa omisión ha permitido que un modelo de explotación digital se expanda globalmente, afectando también a la niñez latinoamericana.


Por eso es importante hablar de la Ley de Seguridad en Línea para Niños (KOSA, S.1748), que hoy se discute en el Congreso estadounidense. Esta ley busca exigir que las plataformas digitales ejerzan un nivel razonable de cuidado para prevenir los daños que su propio diseño puede generar en niños, niñas y adolescentes. No pretende limitar la libertad de expresión, sino introducir el principio de responsabilidad en la arquitectura digital.


KOSA fue aprobada en el Senado por 91 votos contra 3, pero quedó frenada en la Cámara de Representantes por el cabildeo de las grandes corporaciones tecnológicas. Estas empresas han invertido millones para evitar una regulación que afecte sus intereses económicos. Sin embargo, la iniciativa cuenta con el apoyo de más de 400 organizaciones de derechos humanos, salud mental y protección infantil, que exigen al Congreso votar a favor de la ley.


Desde Colombia, esta discusión no nos es ajena. Las mismas plataformas que operan en Estados Unidos determinan los contenidos que ven nuestros hijos e hijas. Los algoritmos que moldean la conducta de un niño en Texas también influyen en una niña en Cali o en un adolescente en Bogotá. Las dinámicas de adicción, ansiedad, dismorfia corporal y aislamiento no reconocen fronteras. Por eso, la aprobación de KOSA sería un paso hacia una responsabilidad digital compartida que impacta directamente a nuestra región.


La infancia colombiana y latinoamericana también necesita entornos digitales seguros. Si las plataformas globales tienen la capacidad de influir sobre nuestras emociones y hábitos, deben tener también la obligación de proteger a quienes más riesgo corren. La regulación internacional puede marcar un precedente para exigir políticas similares en nuestros países y abrir la puerta a una conversación sobre salud mental, diseño ético y justicia digital.


Empodérame seguirá impulsando espacios de educación digital feminista y crítica, acompañando a familias, docentes y comunidades en la comprensión de los riesgos asociados a las plataformas. La defensa de la niñez en el entorno digital no se reduce a un debate técnico: es una lucha por la dignidad humana.

La tecnología debe servir para cuidar la vida, no para manipularla.Por eso, exigimos entornos digitales que protejan a las niñas, los niños y adolescentes, tanto en Colombia como en cualquier parte del mundo.


Si deseas vincularte como voluntaria/o, apoyar nuestros proyectos o necesitas orientación, puedes escribirnos a través de la sección de contacto en www.empoderame.org o al correo contacto@empoderame.org. Tu apoyo contribuye a seguir acompañando a mujeres, niñas y comunidades en su camino hacia la libertad y la dignidad.



 
 
 
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