lelia Avalos fundó la Mesa Federal de Participación Ciudadana de la asociación civil Pacha Lab y es integrante del Club de Leones “Salta Norte” y de Intermed Salta. Se desempeñó 12 años como docente y 24 en ámbitos de la función pública del gobierno de la provincia de Salta. Fue convocante de la Mesa de Redes Intersectoriales de Abordaje de Violencia contra las Mujeres (REDUSALTA) y la Escuela de Redes. Desde la sociedad civil, impulsa iniciativas para mejorar el acceso a servicios destinados a mujeres y niñas en situación de violencia y promover el empoderamiento y la autonomía económica de mujeres y niñas. En el marco de la Iniciativa Spotlight, lideró junto a CEAPRE y Pacha Lab un proyecto para mejorar la atención a mujeres con discapacidad que atraviesan situaciones de violencia. Actualmente forma parte del Grupo Asesor de la Sociedad Civil de ONU Mujeres Argentina.
Foto: cortesía de Clelia Avalos
¿Qué acciones puede tomar la sociedad civil para poner fin a la violencia basada en género? Las dos primeras acciones son nodales. La primera es la prevención desde todos los ámbitos (sociedad civil, Estado, empresas, academia y hogares) para evitar que muchas mujeres se sigan sometiendo a vivir en situación de violencia de género, porque solo tomando conciencia se puede evitar y/o se puede cortar un círculo de violencia; y la promoción de derechos, porque una mujer que conoce sus derechos nunca más dejará que cometan un acto de violación contra ella.
La segunda es el empoderamiento económico. Una mujer que es autónoma en la producción de sus ingresos, que no depende de nadie, no se someterá nunca más, no dejará que la humillen, que violen sus derechos y decidan por ella. ¡Una mujer con autonomía económica no quedará en silencio por temor a quedar sin sustento!
La tercera es el trabajo articulado en red. Si se potencia el uso eficiente de los recursos, se acuerda, se dialoga, se deriva y se complementa, para que en cada tramo que transita una mujer en la ruta de la denuncia tenga cobertura eficaz de las instituciones que brindan servicios.
La cuarta es promover nuevas masculinidades y paternidades. Se debe trabajar a la par de todo lo anterior, desde los clubes deportivos, escuelas, comunidades, iglesias, academia, ministerios, organizaciones de sociedad civil y empresas en diferentes niveles. Se debe capacitar y entrenar para lograr habituar y adquirir una nueva manera de parte de los hombres, niños, adolescentes, jóvenes y adultos.
La quinta es la restauración de lo dañado, que puede lograr la reeducación del violento y la sanación de las heridas internas y externas de ambas partes. Restaurar para las víctimas de violencia de género es curar las heridas y reaprender a vincularse con otras personas sin permitir que su dignidad sea ultrajada.
¿Y desde el Estado?
La acción más contundente pasa por la asignación de presupuestos necesarios para la ejecución de políticas públicas. De nada vale la creación de dispositivos, oficinas, áreas, secretarías, subsecretarías u observatorios si estos no cuentan con los recursos humanos competentes para el servicio que ofrecen y recursos materiales para prestar esos servicios. Según lo que se ve hoy en día, las asignaciones presupuestarias son muy irrisorias para la urgencia de atención, asistencia, asesoramiento y reparación de los casos de violencia de género.
¿Y desde las empresas?
La acción de compromiso con el ODS 5 debe ser trabajar en sensibilización y concientización sobre la temática hacia adentro con sus empleados/as, todas las cadenas de mando, de manera transversal y con las poblaciones donde su actividad se desarrolle, invirtiendo en prevención de violencia, promoción de derechos y, sobre todo, fomentando la autonomía económica de las mujeres. Las empresas pueden mentorear a quienes inician un negocio, un emprendimiento o dar trabajo a las mujeres en equidad de condiciones que a los varones.
¿Qué rol juega la educación en la prevención de la violencia basada en género?
Es en el seno de la educación, donde se promueven buenas conductas, se sociabiliza y se prepara para la vida en sociedad. Creo que la educación debe ser tenida en cuenta desde lo cotidiano en las casas, las familias, los grupos sociales, educativos e institucionales en todos los niveles (preescolar, primario, secundario, universitarios, posgrados) con los que se vincula la niñez y en los ámbitos públicos y privados. Como la violencia es una conducta aprendida, se puede desaprender. ¡Entonces, aquí está el papel central de la educación! Si se entendiera que, si dañan a una persona, dañan a toda la humanidad, porque somos parte de una misma red vibracional, se sabría cuánto daño se causa con la violencia. Si aprendiéramos a ser (de seidad), qué es el ser humano y la dignidad que tenemos como tales, no nos atreveríamos a dañarnos. Todas las personas podemos acceder al conocimiento, pero hace mucha falta aprender a ser y a vivir conjuntamente. En muchos casos hace falta aprender, en otros, desaprender y reaprende
Entrega de certificados del proyecto IGAD innovación, género, autonomía y discapacidad. Foto: cortesía de Clelia Avalos
Las mujeres indígenas enfrentan múltiples violencias, por ejemplo, el chineo. ¿Por qué este tipo de violencia sigue tan vigente? Las mujeres indígenas siguen viviendo una situación estructural de extrema pobreza, de postergación ancestral que las margina, las somete y las mantiene dependientes y "esclavas del patriarcado de los blancos" y de sus propios hermanos. Algunas manifestaron en primera persona que entregan a sus hijas por comida, y eso da cuenta de la necesidad que viven. Creo que lo que se hace por el desarrollo de las comunidades indígenas debe ser un proceso social que se comparta y se construya con ellas. Muchas organizaciones o gobiernos han "ido y han dado" sin compartir con ellas un proceso de protagonismo en el que se construyan soluciones alternativas a sus necesidades. Como no hay apropiación, no hay acompañamiento en procesos sociales. Ningún tipo de política social ha sido efectiva ni ha durado en su implementación.
¿Cómo se puede erradicar el chineo?
Aplicando sanciones ejemplificadoras de pronta justicia y restauración, no quedarnos en lo punitivo y el castigo, sino en la reeducación; ayudando para que las mujeres indígenas se empoderen, se independicen económicamente, conozcan sus derechos y tengan similares posibilidades educativas, laborales y de desarrollo que las mujeres blancas-criollas, y, simultáneamente, trabajar con los hombres, caciques, hermanos, jóvenes y niños para deconstruir y reconstruir una paternidad - masculinidad activa, responsable y equitativa.
Proyecto IGAD innovación, género, autonomía y discapacidad para asesorar a mujeres con discapacidad en temas de derechos y violencia de genero. Foto: cortesía de Clelia Avalos
¿Qué tipos de violencia enfrentan las mujeres con discapacidad?
Las mujeres con discapacidad enfrentan doblemente violencia y vulneración de derechos. La falta de accesibilidad es una barrera y un acto de marginación que impacta el poder disponer de sus ingresos, su posibilidad de relacionarse amorosamente o tener vida sexual. Muchas veces se las somete a una esterilización forzada. A veces suelen destruirles los elementos de accesibilidad como bastones. Como en algunos casos dependen para bañarse o comer, se ejerce violencia física y psicológica cuando se le niega ayuda para esas actividades cotidianas. Por último, existe violencia simbólica cuando se las infantiliza, se las "encasilla" con algún estereotipo y se las ridiculiza. La principal necesidad es eliminar todas las barreras de accesibilidad arquitectónicas, de comunicación, educación, trabajo y que las "dejan afuera" y las excluyen.
¿Cuál es el vínculo entre la pobreza y la violencia basada en género?
Habiendo necesidad, incluso de sustento diario mínimo, una mujer queda expuesta a que ejerzan violencia contra ella. Cuando hay pobreza, hay hacinamiento en las casas y muchas veces duermen compartiendo camas con otros niños y adultos. A veces, hay adolescentes y jóvenes solas al cuidado del violento, o hay niñas en las calles hasta altas horas de la noche pidiendo ayuda. La pobreza también está asociada a las adicciones y ese es otro factor que eleva la exposición de las mujeres.
¿Qué estrategias deben impulsarse para mejorar la autonomía económica de las mujeres?
El acceso laboral en equidad de condiciones y posibilidades; el manejo de negocios y emprendedurismo; capitalizar y fortalecer habilidades, talentos y destrezas; capacitar en disciplinas y técnicas que sean potencialmente rentables; acompañar financiera y técnicamente procesos de inicio; conocer ventajas de trabajo asociativo y cooperativo; invertir en equipos técnicos que acompañen a grupos de emprendedoras; que empresas líderes acompañen emprendimientos; resolver actividades de cuidado de las que las mujeres se hacen cargo en sus economías familiares de manera que las mujeres puedan disponer de sus tiempos para producir y crecer, y lograr el empoderamiento y equidad en todo.
Tomado de: https://lac.unwomen.org/ Link: https://lac.unwomen.org/es/stories/noticia/2023/01/clelia-avalos-como-la-violencia-es-una-conducta-aprendida-se-puede-desaprender
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