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Carta Abierta por un Reinicio Humanitario Justo e Inclusivo

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Cuando tenemos que estar frente a las comunidades, por dentro siempre estamos pensando “estamos solas”. No es fácil ser sostenible y además llevamos a cuestas impresionantes responsabilidades que deberían atender los Estados.


El escenario humanitario mundial atraviesa una crisis de confianza y de eficacia. Las guerras prolongadas en distintas regiones, el aumento del desplazamiento forzado y el retorno de formas brutales de violencia contra mujeres y niñas han puesto en evidencia un sistema que se ha ido desmoronando. La ayuda internacional, lejos de fortalecerse, se ha visto debilitada por decisiones políticas que priorizaron intereses corporativos sobre la vida de las comunidades. Uno de los ejemplos más graves fue el recorte de fondos impulsado por los Estados Unidos eliminando a (USAID), medida que redujo significativamente los recursos destinados a programas de salud sexual y reproductiva, atención a sobrevivientes de violencia de género y respuestas comunitarias en contextos de crisis. 


Esta contracción de la cooperación marcó un precedente que todavía golpea a organizaciones en primera línea, obligándolas a sostener la vida con presupuestos mínimos, mientras las necesidades humanitarias crecen de manera exponencial.


En este contexto, la Fundación Empodérame este 1 de septiembre de 2025 se une a más de doscientas organizaciones lideradas por mujeres de todo el mundo para firmar la Carta Abierta “Por un reinicio humanitario que preserve lo esencial y abra paso a una arquitectura más justa”.


La carta de trata de una declaración colectiva  de nosotras las Organizaciones Lideradas por Mujeres (OLM), que en países atravesados por la guerra, el desplazamiento forzado y la trata de personas hemos sostenido, muchas veces en soledad, la vida de comunidades enteras. En Colombia, Fundación Empodérame ha acompañado a mujeres migrantes, afrodescendientes, desplazadas internas y sobrevivientes de explotación sexual, demostrando que la protección no es una promesa futura sino una práctica cotidiana sostenida por redes feministas en los territorios.


El texto señala cuatro demandas inaplazables. La primera es que las OLM tengan un lugar real en las decisiones humanitarias globales, regionales y nacionales. La segunda es la creación de una instancia global especializada en violencia basada en género, con liderazgo compartido entre las OLM y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). La tercera es que exista financiamiento directo, flexible y de largo plazo, que permita sostener las respuestas en los territorios sin depender de proyectos cortos y fragmentados. Y la cuarta, que cualquier reforma preserve los compromisos fundamentales: la centralidad de los derechos humanos, la igualdad de género, la localización transformadora es decir, que los recursos lleguen a quienes están en el terreno y la protección como principio rector.


Quienes trabajamos en primera línea sabemos lo que está en riesgo. Sin nosotras, la respuesta humanitaria se fragmenta y pierde sentido; con nosotras, se fortalece la dignidad y la vida de las comunidades”, afirma Claudia Yurley Quintero Rolón, directora de la Fundación Empodérame.


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Queremos que la voz de las mujeres organizadas, que han resistido en los contextos más adversos, no sea ignorada en la arquitectura humanitaria que se está diseñando.


El texto completo de la carta está disponible y puede ser firmado en este enlace: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSen9QF8GTLTcM-LWh1sv6eNjTe3KMwFRiJZypu1aucrWqnpag/viewform


 
 
 

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