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Ser buscadoras, dar esperanza



Como lideresas feministas y defensoras de derechos humanos, somos también buscadoras. Buscamos a las mujeres que desaparecen en el camino de la migración, en las redes de trata de personas, en los corredores del crimen organizado. Ser buscadoras es un acto de resistencia, pero también un compromiso con la verdad y la dignidad. Hoy queremos poner el foco en las mujeres colombianas desaparecidas en México, muchas de ellas presuntas víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual.


¿Por qué se van a México?


En los últimos seis años, decenas de jóvenes colombianas han desaparecido tras viajar a México. La mayoría fueron atraídas por supuestas oportunidades laborales: modelaje, turismo, restaurantes o trabajos "temporales". Algunas también se trasladan con la intención de ejercer prostitución, debido a que en Colombia existen condiciones estructurales que han generado una sobreoferta de mujeres explotadas, especialmente niñas y mujeres migrantes. Esta situación se relaciona con la falta de oportunidades económicas reales, la precarización de la vida en contextos vulnerables y una histórica ausencia de políticas públicas integrales que protejan y empoderen a las mujeres. La violencia sexual, el abandono estatal y la impunidad han permitido que estas redes se fortalezcan. Las organizaciones criminales se aprovechan de esta combinación de factores para reclutar a mujeres bajo engaño, prometiéndoles seguridad y bienestar en el extranjero. México aparece como un destino "cercano", accesible sin visa y con una aparente promesa de estabilidad.


¿Quién las lleva?


La captación suele ser ejecutada por proxenetas, reclutadoras o intermediarios que operan desde Colombia, a veces en complicidad con redes en México. Les ofrecen cubrir los costos del viaje, les entregan cartas de invitación falsas o incluso las acompañan hasta el aeropuerto. Al llegar a México, les retiran el pasaporte y les imponen deudas bajo amenaza. Es un mecanismo de servidumbre por deuda, ampliamente documentado en casos recientes (Interpol, 2024).


¿Qué hay en México para ellas?


Para muchas de estas mujeres, México no fue lo prometido. Fue violencia, desaparición y explotación. En estados como Veracruz, Quintana Roo, Ciudad de México o Tabasco, han sido identificadas casas de seguridad, bares o "fiestas privadas" donde se explota a mujeres colombianas. El Instituto Nacional de Migración mexicano confirmó que entre 2018 y 2023, 23 mujeres colombianas fueron rescatadas como víctimas de trata en ese país (INM, 2024).


México: un país con cifras alarmantes


México enfrenta una crisis profunda de desapariciones. Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, hay más de 110.000 personas desaparecidas, muchas de ellas mujeres jóvenes. Las redes criminales que operan trata de personas se entrelazan con el narcotráfico y el turismo sexual, generando un entorno de alta vulnerabilidad para migrantes. Las mujeres extranjeras son especialmente vulnerables por su situación migratoria y aislamiento.


Las familias también están en riesgo


Las madres, hermanas o amigas que buscan a estas mujeres enfrentan intimidaciones. Denunciar, visibilizar y exigir justicia ha significado para muchas familias ser perseguidas o ignoradas por el sistema. En varios casos, las familias han tenido que endeudarse o viajar a México por su cuenta para buscar a sus hijas, sin ayuda del Estado. La revictimización y el abandono institucional agravan el dolor.


Nosotras también enfrentamos peligros


Como mujeres que acompañamos estos casos, también hemos sido blanco de amenazas, difamaciones y violencia digital. Pero no vamos a callar. Nuestro compromiso es con la verdad, la justicia y las víctimas. Ser buscadoras es una decisión política: no abandonarlas, no dejarlas en el olvido.


Casos recientes


Entre los casos más recientes está el de Natalia Ángel Sáenz, una joven colombiana que desapareció en 2021 en el estado de Guanajuato, México. Natalia había viajado con la esperanza de encontrar una oportunidad de trabajo, como muchas otras jóvenes que cruzan fronteras buscando mejorar sus condiciones de vida. Sin embargo, su rastro se perdió poco tiempo después de su llegada. A pesar de que su familia activó alertas tempranas tanto en Colombia como en México, hasta la fecha las autoridades no han logrado establecer su paradero. Su caso ha sido denunciado como un posible caso de trata de personas con fines de explotación sexual, y aunque se ha hecho visible en algunos espacios de incidencia internacional, aún no existen avances significativos en la investigación. Su familia ha liderado una búsqueda incansable, enfrentándose a la indiferencia institucional, la revictimización y el dolor persistente de no saber qué ocurrió con su hija. Natalia es hoy un símbolo de todas las mujeres que fueron silenciadas en el tránsito migratorio, y cuya historia no puede quedar en el olvido. Su madre ha liderado una búsqueda incansable. Otro caso es el de María Camila Díaz, joven de Medellín desaparecida en febrero de 2025 en Ciudad de México, luego de viajar por una supuesta oferta de trabajo.







 


Fuentes

  • Instituto Nacional de Migración. (2024). Boletín de cifras de víctimas extranjeras de trata 2018-2023. Gobierno de México.

  • Interpol. (2024). Informe de Operaciones Internacionales contra la Trata de Personas. https://www.interpol.int/

  • Cancillería de Colombia. (2025). Informe sobre connacionales desaparecidos en el exterior. Ministerio de Relaciones Exteriores.

  • El País. (2024, septiembre 30). Desaparecen cinco jóvenes colombianas en Veracruz. https://elpais.com/

  • Blu Radio. (2025, marzo 5). Familia de María Camila Díaz denuncia desaparición en México. https://bluradio.com/


 
 
 

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