
Mientras el gobierno asiste a eventos con paños de agua tibia, limitándose a sugerir denuncias en una línea telefónica con pocas respuestas, sin garantizar refugios, apoyos económicos o programas efectivos de salida, nosotras seguimos en la calle, en los prostíbulos, en los espacios de prostitución digital, haciendo el trabajo que ellos ignoran.
Como parte de un proyecto de investigación sobre protocolos de atención a mujeres en la dinámica de prostitución digital, un grupo de estudiantes de trabajo social realizó actividades de alcance y recorridos en zonas de impacto, visitando y espacios de prostitución digital durante el fin de semana, y haciendo posteriormente presencia en Lalexpo 2025 en Yumbo, Valle del Cauca.
Las estudiantes participaron en la actividad tras la invitación de la Fundación Liam, una organización que trabaja por poblaciones en el marco de la industria webcam. Su investigación busca analizar estrategias de reducción de daños y proponer protocolos de atención para mujeres en contextos de prostitución, priorizando el acceso a planes de salida.
Durante el recorrido, se abordaron temas clave como la trata de personas, el delito de inducción a la prostitución y las formas de explotación en la industria digital y presencial. También se hizo énfasis en la salida y la abolición en cada vida, garantizando que las mujeres tengan alternativas reales para dejar la prostitución y acceder a protección.
Esta actividad se realizó en el marco de la Veeduría a la Ruta de Trata de Personas, permitiendo un acercamiento directo a las dinámicas de explotación en estos espacios y fomentando el diálogo sobre la responsabilidad de quienes se lucran de estas actividades en la prevención del daño y la generación de oportunidades de salida.
El alcance es una estrategia de intervención social utilizada para acercarse directamente a poblaciones en situación de vulnerabilidad y riesgo, con el fin de brindar información, apoyo y generar rutas de salida. En este caso, se trata de mujeres en prostitución y explotación sexual, tanto en espacios físicos (prostíbulos, calles) como en entornos digitales (webcam).
¿Por qué lo hacemos?
Porque las mujeres en prostitución suelen estar aisladas, sin información sobre sus derechos y con pocas opciones reales para salir de esas condiciones. El alcance permite acercarnos a ellas en los espacios donde están, generar confianza, identificar necesidades y ofrecer acompañamiento psicosocial, jurídico y educativo para que, si lo desean, puedan salir.
¿Por qué intervenimos?
Intervenimos porque la prostitución no es un trabajo, sino una forma de violencia y explotación basada en desigualdades estructurales. La trata de personas y el delito de inducción a la prostitución están estrechamente ligados a la industria del sexo, y es fundamental visibilizar estos crímenes y apoyar a las víctimas.
¿Qué proceso de trabajo social implica?
Este tipo de intervención se enmarca en el trabajo social comunitario y de campo, que implica:
Diagnóstico situacional: conocer de primera mano las condiciones en que se encuentran las mujeres.
Intervención directa: ofrecer información, generar redes de apoyo y acompañamiento.
Vinculación con servicios y derechos: conectar a las mujeres con atención psicosocial, jurídica y alternativas de salida.
Incidencia y denuncia: visibilizar las condiciones de explotación y actuar frente a las violaciones de derechos humanos.
El abolicionismo busca erradicar la prostitución como una forma de violencia y garantizar que las mujeres no sean forzadas o empujadas a ella por falta de alternativas. Estar en estos espacios no significa validar la industria, sino hacer presencia para que las mujeres sepan que no están solas y que hay opciones reales fuera de la prostitución.
¿Esto nos hace amigos de los dueños de estudios webcam?
Nuestra presencia en estos espacios es una obligación ética de los actores involucrados y pone en evidencia las dinámicas de trata, explotación y abuso que ocurren en la industria del sexo. Además, incomodamos a quienes lucran con estas actividades, porque nuestro trabajo expone realidades que muchas veces intentan ocultar.
Nuestro trabajo es con ellas, para ellas y por ellas.
Este trabajo se alinea con la misión de la Fundación Empodérame, que desde su enfoque en la defensa de los derechos humanos de mujeres en situación de prostitución y trata de personas, promueve estrategias de acompañamiento psicosocial, jurídico y educativo para garantizar autonomía y acceso a nuevas oportunidades de vida.
Mientras las referentes del gobierno, se dedican a hacer lobby, tomarse fotos y pasear, sin ofrecer soluciones reales para las mujeres atrapadas en la prostitución, las defensoras de derechos humanos seguimos trabajando con las uñas, sin recursos estatales y enfrentando riesgos. Es inaceptable que con nuestros impuestos se financien políticas que legitiman la explotación, en lugar de construir alternativas dignas y efectivas para quienes quieren salir.
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